De sociedad limitada a ilimitada

Una persona ayudando a subir a otra por una escala

Larga vida a la empresa familiar. Mi reconocimiento al libro del amigo José Álamo Ramírez. Y mis deseos para que estas empresas pasen de sociedades limitadas… a ilimitadas en el tiempo.

La empresa familiar es el modelo empresarial mayoritario y en consecuencia el mayor generador de empleo del país. Se calcula que el número de empresas familiares en España es superior a 1,1 millones, que representa el 90% del total de empresas, generando el 60% del PIB y ocupando al 70% del total de empleados.

El mayor porcentaje de empresa familiar podemos encontrarlo en el sector agrícola y ganadero. Siendo significativo el porcentaje en sectores como la construcción, hostelería, comercio, y en la industria manufacturera. A nivel de España, el ente más representativo es el Instituto de la Empresa Familiar, fundado en 1992 con el objetivo de defender los intereses de estas empresas.

¿Qué se considera empresa familiar? Se define cómo empresa familiar a aquella en la que una o más familias ejercen el control de la propiedad y gobierno de esta, participando también en su gestión. Con un objetivo estratégico prioritario el contemplar la continuidad de la empresa a manos de la siguiente generación familiar. 

La definición oficial del término empresa familiar fue acordada en 2008, por el entonces Grupo Europeo de Empresas Familiares, actual European Family Business (EFB) y por el Board del Family Business Network (FBN), las dos principales instituciones internacionales representantes de las empresas familiares.

A nivel de Europa, las empresas familiares representan más del 60% de las empresas de la Unión Europea y generan entre el 40 y el 50% de los puestos de trabajo del sector privado, según Informe de un grupo de expertos de la Comisión Europea. Son varios los barómetros e informes que se han elaborado al efecto.

En la región aragonesa, según datos de AEFA, Asociación de la Empresa Familiar de Aragón, más de  29.000 de las empresas aragonesas (el 88%) son familiares,  y el número de empleados ascienden a 165.000. Su aportación media al PIB, asciende a 6,7 millones de euros por empresa.

La empresa familiar, es mucho más que una empresa. El negocio y la empresa familiar no es un juego, pero necesita de unas ¨reglas de juego¨. Una de sus prioridades debe ser la elaboración de un buen Protocolo Familiar. Documento que no es un trámite, sino la ¨constitución¨ y el foco, guía, ayuda… para dejar determinada correctamente la sucesión, pensando en lo mejor para la continuidad del negocio y la actividad.

En España, la media de empleados por empresa familiar es de cuatro, en Alemania 12. Soy un enamorado de las alianzas (o UTES según el motivo de unión), y considero es fundamental promover y potenciar el tamaño de la empresa familiar. En base a sus características de arraigo en el territorio, sentido de pertenencia, visión a largo plazo, e integración en el entorno y territorio donde nacieron. No olvidemos que estas empresas, son las de aquí, las de casa…

Aunque la empresa deba estar calificada como empresa familiar en términos tributarios, entiendo conveniente poner el foco en un punto muy importante para la continuidad de la empresa familiar, la sucesión…. Y en muchos casos vital, el tema tratamiento de impuestos de sucesiones. Fundamental puedan seguir beneficiándose de incentivos y bonificaciones fiscales. Exenciones en el IRPF e Impuesto sobre el Patrimonio, para evitar dobles tributaciones, y la bonificación del 95% en el impuesto sucesiones.

¿Potenciar su crecimiento, fortalecimiento, consolidación? Por supuesto, y principalmente para evitar se vendan a inversores o fondos de inversión, que al final lo que genera es deslocalización…o cierres.

Sirva este artículo como mi pequeño homenaje, reconocimiento y admiración para los empresarios/socios/directivos (lo son todo, como un hombre orquesta), que por amor a su tierra, crean ¨las niñas de sus ojos¨, las alimentan, contra viento y marea consiguen mantenerlas y al final se encuentran con esta disyuntiva… ¿le hago un favor a mis hijos dejándoles la empresa? Y finalizo con una reflexión, ¿Por qué a los políticos les gusta más hablar de emprendedores que de empresarios? Parece les cuesta mencionar la palabra empresario.

Artículo publicado originalmente en el blog personal de Miguel Ángel Otín Lloro.

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